Los Papeles del Capitán Orduño

domingo, 19 de junio de 2016

La Música de las Esferas, Capítulo Segundo y Último

Stefan Heilgrund III
"Pues comed pasteles". La respuesta de un mosquetero montaignense a una mujer que pedía pan para ella y para su hijo moribundo estaba grabada en la mente del eisseno Otto (PJ de Tony). Había venido acompañando al príncipe Stefan Heilgrund hacia Charaousse, la capital montaignensa. Allí pudo comprobar como el pueblo pasaba hambre mientras la elíte gastaba y gastaba ajenos a ellos. Heilgrund había venido para negociar con l´Empereur la contratación de mercenarios para sus guerras en Castilla y Ussura. El joven Príncipe de Hierro desconfía. No quiere enviar a sus hombres muy lejos pues teme a los otros gobernantes eisenos pero por otro lado está atraído por la posibilidad de acceder a los fondos ocultistas del Empereur. Por este deseo de quedar bien con su anfitrión y enterado de la desaparición de Madelene de Prevoye, uno de los grandes talentos musicales del país, Heilgrund encargó a Otto y a su guardaespaldas Else investigar. 

Los dos soldados eissenos se aprestaron a la tarea para encontrar a la chica acaban llegando hasta el momento en el que Phillipe d´Agras (PJ de Leandro), John Wesley (PJ de Carlos), Nikolai Putin  (PJ de Dani) y Diego de Entrerríos (PJ de Abraham) están a punto de comenzar una lucha a tres bandas con el pueblo de Pegre y la Bestia que Madelene ha liberado. El Rey Harapiento huye de la escena dejando a Renard al frente del Pueblo de Pegre. La lucha es atroz: mientras los héroes se encargan de los salvajes, Renard se encarga del monstruo. Eliminados los esbirros, los héroes se lanzan a por el monstruo que está a punto de acabar con el desdichado Renard... La bestia empieza a verse muy acosada por los puñetazos, estocadas y disparos de los héroes. Finalmente un disparo de John Wesley hará que aquella horrible criatura caiga desplomada ante ellos. 

Catacumbas de Charousse, hogar del Pueblo de Pegre y enigmáticas criaturas
Instantes después llegan los mosqueteros, los cuales han sido enviados por L´Empereur para buscar a Madelene Prevoye y a los héroes. Los mosqueteros arrestan a Renard y Madelene cuenta como Renard se acercó a ella con una cajita de música y le contó una historia de su abuelo, un gran músico que maldito por un sidhe, le había privado de su música y la había encerrado en dicha caja. Ahora que había muerto, quería traer de vuelta esa música. Renard confirmaría punto por punto todo antes de ser puesto bajo custodia. 

Kathrine van Eyck, la verdad está ahí fuera
Los héroes son tratados de sus heridas y recompensados generosamente por L´Empereur León XIV con la cantidad de 1,000 soles (unos 6,000 gremiales), pero quedan muchos cabos por atar... John Wesley acude a las catacumbas donde ha sido el combate. Allí encuentra la zona de combate fuertemente custodiada por los mosqueteros del Empereur. Finalmente consiguen acceder a la zona gracias a una miembro de la Sociedad de Exploradores, Kathrine van Eyck. Vendelia como Wesley, tienen una charla sobre que era la criatura, la cual empieza a pudrirse de una manera alarmante. Kathrine revela que antes de los humanos existían en Theáh unas extrañas criaturas que producían objetos mágicos pero que ella creían que eran tecnología para esos seres... No podía revelar nada más, pues los estatutos de la Sociedad de Exploradores así se lo impedían, pero le invitó a formar parte de ella si tenía más ganas de conocimientos, cosa que a juzgar por la curiosidad de Wesley acabaría pasando tarde o temprano...

Con Madelene a salvo (la chica va a componer una ópera en honor de los héroes y les tiende su tarjeta), los héroes se disponen a volver a sus quehaceres diarios, pero sus hazañas han llamado la atención a círculos montaignenses que no están dispuestos a dejar huir a tan formidable grupo...

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